
Este fue el primer número que leí de la joyita de Kurt Busiek, relajado en la oscuridad a las 4 am en una caseta de peaje solo con la luz del exterior reflejando en la ventana me senté a disfrutar del silencio y de lo que hasta ese entonces había sido una lectura ambulatoria.
Jurando que la historia trataría del tipo en la portada me caí de espaldas cuando vi que el protagonista era un don nadie como tantos lo hemos sido y como tantos otros que no han dejado de serlo. El pelmazo era apodado "Ojos" debido a su labor de avisar cuando llega la policía y su dicho frecuente de "Oportunidad hay para el que tenga los ojos bien abiertos" quien huyendo por los techos se topa de vista con un callejón donde un superheroe acaba de quitarse la máscara sin nadie más que lo haya visto.
¿Y las posibilidades? Infinitas, el encapuchado era el más evasivo de la ciudad, justiciero con excelentes habilidades se volvía el secreto más codiciado y el buen ojos ya tenía la primera parte de el, fácilmente podría sacarle un millón de dolares, si señor, para un tipo como el que se gana la vida trabajando en la fabrica y cargando camiones de contrabando todo estaba a punto de cambiar.

Y así lo imaginaba, ya que este tipo de gente solo puede vivir de eso, de sus ilusiones.
Pero Tom Hanks lo dijo en atrapame si puedes "A veces es fácil vivir de mentiras" imaginar la vida que podrías tener y llenarte de anécdotas que jamás sucedieron para un circulo cercano que pretenden escucharte pero al final no les creen y terminan dándose cuenta que están solos. Por lo que ahí es donde todo se torna más difícil.
Y la burbuja se revienta, porque la verdad sea dicha: No existe dinero fácil, muchos de estos tipos son el reflejo de las personas con las que compartimos a diario, que evaden el pasaje del bus, que evitan impuestos en sus pequeños negocios o que simplemente se meten al amplio mundo del contrabando con la excusa de "nunca me han pillado" pero siempre existe una primera vez, donde acaban llenos de multas y una hoja de antecedentes que te persigue hasta el final de los tiempos.

Y de ahí no puedes salir, algunos culpan al cruel sistema capitalista que tanto les ha dado de beber por tantos años, otros siguen el ejemplo del buen ojos y encuentran su lugar en el mundo, con su moral manchada y flexible aprovechando cada instancia, cada negocio negro que se encuentre por ahí, donde te pagan harto por trabajar poco, todo mientras no hagas preguntas de lo que hay dentro y se vuelven parte del engranaje de la sociedad, aquella que mueve al bajo mundo y hace que todo llegue al lugar que debe para poder seguir pudriéndose,
Pero solo son eso,una pieza, en cuanto intentan hacer algo grande la realidad los abofetea y les recuerda el rol que decidieron tomar, donde no es llegar y sacarle provecho de alguien que ha decidido ir por un camino mucho más difícil pero que sus precauciones son más completas de las que tomaría una persona promedio, después de todo una doble identidad requiere un doble de riesgo.
Y ahí es donde las consecuencias los aterrizan, tal como si te fueran a pagar por entregar a un narco o hacer caer a un empresario magnate, hay una docena de factores alrededor de ellos que pueden volver tu vida una pesadilla en solo cuestión de horas si no las consideras, tal como le pasó a Coleman Ruiz en el caballero de la noche cuando intentó vender la identidad de Batman a la prensa y si no fuera por este mismo hubiese terminado con una bala atravesándole el cráneo.
Pero solo después de vivirlo o incluso de solo imaginar las consecuencias como lo hizo el pobre ojos que entienden su posición en el mundo y que tienes dos opciones, o hacer la vista gorda y continuar tu vida o buscarte otro lugar donde vivir, porque ante estas personas poderosas, decentes o no, saben que siempre tienen las de perder.

No hay comentarios:
Publicar un comentario